domingo, 14 de julio de 2013

Proel: Traduccir la Palabra de Dios a los que no tienen ni alfabeto


Escribir en una lengua que nunca ha sido puesta por escrito, ese es el reto que asumen cada día algunos de los misioneros de la Promotora Española de Lingüística (Proel – Wycliffe fuera de España), una organización que tiene como principal objetivo traducir la Biblia y llevarla a todas las lenguas habladas en el planeta.

José Herrero, el director de Proel, explica en una entrevista concedida a Protestante Digital que “nuestro principal objetivo es ofrecer la Biblia a los grupos etnolinguísticos que no la tienen”. Hay unas 2.798 lenguas que aún no tienen nada de las Escrituras, y aunque muchas personas pueden acceder a la Biblia en los idiomas más extendidos (inglés, español, árabe o chino), son aún millones los que no conocen nada acerca de la Biblia.

Involucrar a la iglesia es un gran reto

Es por eso que la labor de esta entidad, para José Herrero, es sobre todo evangelística. “Creemos que la Biblia por si sola es capaz de convencer del mensaje que hay en ella. Queremos que la gente se convenza y reconozca que Jesús es Dios, que puede salvarlos del pecado”, afirma.

En Proel cuentan actualmente con siete proyectos misioneros, y reconocen que el principal reto es “que la iglesia española se involucre más en misiones”. “Uno de los retos es que la iglesia realmente capte la visión de que estamos en este mundo no para hacer muchos cultos sino para que mucha gente venga a los cultos, es decir, para evangelizar”, dice Herrero.

Mucho ha cambiado en el tiempo la labor del traductor. Hoy en día, para la traducción de la Biblia se cuenta con “una caja de herramientas enorme que tienes que ir perfeccionando y puliendo, porque esto es un proyecto de vida”. Así, el traductor bíblico se convierte en “un profesional muy enfocado, con este componente espiritual”.

La ciencia de la traducción se alimenta de lo que hacen los traductores bíblicos, que en muchos campos son pioneros, hasta el punto de que hay reconocidos lingüistas y traductores que son misioneros cristianos.

Para el traductor, el trabajo se hace en equipo y con programas informáticos “que han adelantado el trabajo unos 25 o 30 años”, dice Herrero. De hecho “no necesitas saber totalmente el griego y el hebreo, porque hay consultores que han dedicado su vida a estudiar estas lenguas y hacen de asesores, ayudan”.

Es algo positivo que haya muchas versiones

Hay veces que la labor del traductor se observa, aún en el campo de la iglesia protestante, como “algo casi peligroso”, admite Herrero. Esto se deriva de la enorme importancia que tiene la traducción para el entendimiento del mensaje bíblico.

Herrero nos explica que en este sentido, el hecho de tener diferentes versiones, con distintos niveles de lenguaje, es positivo. “Debemos tener varias Biblias y leerlas a menudo. Mi traducción ideal sé cuál es, pero es refrescante leer otro tipo de textos, que no son literalmente modificados, que han variado el estilo, basados en el significado, y es refrescante porque encuentras matices que son buenos”.

A veces tenemos problemas porque “solo compramos una Biblia, y esa es el centro de todas nuestras lecturas, pensamientos y teología. Y si la elegimos mal, tendremos problemas”. Pero Herrero enfatiza que “es un privilegio” tener tantas versiones y eso nos lleva a pensar “en aquellos que no tienen ni una página escrita de la Biblia”.

La traducción es una labor en constante mejora

Recientemente hubo una  polémica en torno a la traducción del concepto 'Hijo de Dios' a la lengua árabe,  que implicaba a importantes agencias de traducción en el mundo. Tras el asesoramiento de expertos de todo el mundo se llegó a una conclusión para resolver el dilema.

La traducción, nos explica este experto, no es solo “una cuestión de equivalencia de palabra a otra palabra. Lleva una semántica y unos contextos tanto para el que lo produce como el que lo percibe. Por eso hay que tener nociones culturales, de antropología, de teología...”.

Porque llevar la Palabra de Dios es percibir que la Biblia es importante. No traducimos libros, debemos encarnar la palabra para que la gente mire, pregunte, se cuestione. Para poder mostrar quién es el Hijo de Dios y por qué vino a este mundo”. Para más información sobre este trabajo, dar click aquí.

Para más información sobre Proel visitar la web: www.wycliffe.proel.org 


Fuente: ProtestanteDigital.com


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