"…Y descendiendo Pedro de la barca, caminó
sobre las aguas, y fue hacia Jesús…"
Mateo 14:29.
Cuando Luciano
Pavarotti era un niño, su abuela
lo ponía con frecuencia en su regazo y le decía: “Serás grande ya lo verás”.
Sin embargo, ¡Los sueños de la abuela era ver a Luciano convertido en un
gran banquero!
En vez de ello Pavarotti fue maestro. Enseñó por un
tiempo en un colegio primario, cantando algunas veces en ocasiones
especiales. Su padre fue el que
lo motivó a desarrollar su voz, reprendiéndolo
cada vez que cantaba por debajo de su potencial.
Finalmente a los 22
años, Pavarotti dejó de enseñar…
Para vender seguros. Continuó buscando algo estable en donde pudiese apoyarse financieramente, en caso de no tener éxito en el mundo de la música. El negocio de los
seguros le permitió tomarse tiempo para tomar lecciones de canto y el resto es historia.
La estrella de la ópera dijo
una vez en una entrevista: “Estudiar canto
fue el momento del cambio en mi vida. Es un error seguir en la vida el camino
seguro”.
Agregando con un guiño es sus ojos: "Mi Maestro me preparó. Pero ningún maestro me dijo
jamás que iba a ser famoso. Solo mi abuela lo hizo".
Se necesita valor
para dejar un puesto que se
considera seguro y comenzar en una
nueva dirección. Pero si no te atreve a arriesgarte, nunca te dará
cuenta de tu potencial ni sabrá lo
que Dios quiso que usted fuese.
“El hombre no puede
descubrir nuevo océano antes de tener la valentía de perder de vista la orilla”
…Y descendiendo
Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús… Mateo 14:29.
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