En
Angola las iglesias evangélicas brasileñas que tienen templos no pueden seguir
funcionando de acuerdo con la nueva medida gubernamental que criticó a los
pastores que trabajan en el país, sobre todo las iglesias disidentes
consideradas un como “negocio”.
Desde
el incidente ocurrido el 31 de diciembre en el estadio de la Ciudadela, donde
16 personas murieron por asfixia, el gobierno tomó medidas para cerrar los
establecimientos de las denominaciones principalmente la Iglesia Universal del
Reino de Dios (Iglesia Pare de Sufrir), pero no se salvaron la Iglesia Mundial
del Poder de Dios, Iglesia Mundial Renovada y la Iglesia Evangélica Pentecostal
Nueva Jerusalén que fueron cerradas.
Las
16 personas que murieron se encontraban entre las 150 mil personas que asistieron
para participar en el evento: “El Día del Fin”, una actividad realizada de
despedida del año del 2012 por la Iglesia Pare de Sufrir.
En
el momento, la investigación demostró que las iglesias estaban compitiendo para
ver quién podía lograr el mayor número de fieles, sin respetar los límites del
sitio público.
En
febrero, las iglesias fueron cerradas, pero el 31 de marzo sólo Ia Iglesia Pare
de Sufrir, recibió autorización para operar en el país, pero esta sólo podrá
funcionar con la supervisión de los Ministerios de Interior, Cultura, Derechos
Humanos y el Ministerio Público.
Las
otras iglesias evangélicas siguen cerradas por “falta de reconocimiento oficial
del Estado angoleño” ya que antes estaban trabajando con una autorización
provisional. Estas
iglesias esperan ser reconocidas para volver a operar, pero ahora se sabe que
no van a recibir dichos permisos por lo ocurrido.
Para
el secretario de la oficina política del MPLA (Movimiento Popular para la
Liberación de Angola), Rui Falcão, las iglesias brasileñas que operan en
Angola, se aprovechan de la debilidad de las personas con fines de lucro a
través de la publicidad engañosa.
“Están
engañando a la gente, es un negocio, es más que evidente, están vendiendo
milagros”, dijo a Folha de Sao Paulo.
Falcão,
también deja claro que el gobierno no va a reconocer a las otras iglesias,
especialmente las formadas por disidentes. “Estas iglesias no van a obtener el
reconocimiento estatal, especialmente aquellas que son disidentes, y así que
continuarán siendo impedidas para no operen en el país”, dijo Falcão,
resaltando que estas congregaciones “no son más que un negocio”.
Fuente:
Noticiacristiana.com
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