La Justicia brasileña rechazó la petición del
Ministerio Público Federal del estado de Sao Paulo para que la leyenda
"Deus seja louvado" (Dios sea alabado) se retirase de los billetes de
real con el objetivo de no privilegiar a ninguna religión ya que el Estado es
laico. La decisión es provisional y aún puede ser revocada o
modificada.
La petición, realizada hace unas semanas por la
procuraduría regional de Derechos Humanos, afirmaba que la existencia de la
frase en los billetes choca con los principios de laicidad del Estado y de
libertad religiosa.
El procurador, Jefferson Aparecido Dias, sostuvo en su
argumentación que si los reales tuviesen expresiones como Alá sea loado, Buda
sea loado, Salve Oxossi, Salve lord Ganesha o Dios no existe, "con certeza
cristalina habría agitación de la sociedad brasileña por la vergüenza sufrida
por los ciudadanos creyentes en Dios".
Durante la fase de investigación del proceso, el Banco
Central explicó a la fiscalía que la frase religiosa se ampara en la
Constitución de 1988, en cuyo preámbulo se afirma que esta fue promulgada
"bajo la protección de Dios".
No obstante, el lema fue impreso por primera vez en la
divisa brasileña antes de esa fecha, en 1986, en los billetes de cruzado, por
decisión del entonces presidente, José Sarney.Sarney, en la actualidad
presidente del Senado brasileño, calificó esta petición de "falta de
oficio" por parte del Ministerio Público.
Según la decisión judicial, emitida por la séptima
sala de Justicia Federal de ese estado, la mención a Dios en los billetes
"no parece ser" una directriz del Estado "en la vida del
individuo que lo obligue a adoptar una determinada creencia, al igual que
tampoco lo son los festivos religiosos" u otras manifestaciones en ese
sentido, como el nombre de las ciudades.
Además, la jueza Diana Brunstein argumentó que en la
solicitud de la fiscalía no se consultó a ninguna institución laica o de
confesión no cristiana que manifestara indignación ante el lema ni constan
quejas en ese sentido.
"Entiendo este hecho relevante en la medida en
que la alegación de afrenta a la libertad religiosa no viene acompañada de
datos concretos recabados en la sociedad que denotaran molestia con la
expresión 'Dios' en el papel moneda", arguyó la jueza.
El 64,6 por ciento de los brasileños, cerca 123
millones de personas, son católicos, y el 22,2%, cerca de 42 millones de
personas, son fieles evangélicos, según datos del censo de 2010.
En el país también se profesan de forma minoritaria
religiones espiritistas y credos de origen africano, mientras que un 8,0% de la
población afirmó que no tiene religión definida, de los que solo una minoría
(615.096 personas) se declaró ateo ante el censo.
Fuente: Protestante
Digital
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