Al tiempo que los mejores
atletas del mundo compiten en Londres por una medalla, en Nueva York, once
jóvenes pelearon por ser el más rápido... enviando mensajes de texto.
Y en un país que tiene más celulares en uso que habitantes, lo de Austin
Weirschke no pasó inadvertido.
Weirschke, de 17 años, revalidó su título al ganar la sexta edición del
Campeonato Nacional de Envío de Mensaje de Texto.
El joven de Wisconsin se llevó por su primer lugar US$50.000.
El campeonato pone a prueba tres habilidades: precisión, velocidad y
destreza.
Ojos cubiertos
Los participantes debieron escribir con los ojos cubiertos en una
oportunidad y con una mano en la espalda en otra de las competencias.
Había diversos retos: memorizar frases y escribirlas lo más rápido posible,
traducir abreviaturas al "habla normal" (como TTYL, talk to you
later), escribir palabras de atrás para adelante y deletrear la letra de la
canción "Twinkle Twinkle Little Star" en 45 segundos usando
gafas oscuras que bloqueaban la visión del competidor.
El campeón dijo que suele enviar a sus amigos 500 mensajes de texto al día,
pero atribuyó su éxito a la práctica con su madre.
El autor Malcolm Gladwell ha escrito que algunos estudios sugieren que
normalmente, para convertirse en un competidor de élite, se necesitan 10.000
horas (417 días) de práctica.
Esto sugiere que Weirschke, quien planea usar el premio para pagar su
educación universitaria, todavía tiene margen para mejorar.
"Enviar mensajes de texto es la mejor manera de comunicarse. Uno
piensa más en lo que va a decir, y uno ofrece sus pensamientos en un lenguaje
hermoso y claro", dijo Weirschke.
Fuente: BBC Mundo
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