"La ciencia se ha incrementado, que la tecnología está lista para el sistema de control total y mundial del anticristo, después en la gran tribulación vendrá el “chip 666” en la mano derecha o frente en el hombre y sin ella nadie podrá comprar y vender en ese tiempo. ¡Iglesia de Cristo nuestra redención esta a las puertas! Daniel 12:4, Apocalipsis 13:5-7, 13:16-18 y 14:9-11."
Los futurólogos anticipan desde hace tiempo, un mundo sin dinero en efectivo, en el que los billetes de papel y las tarjetas de plástico serán reemplazadas por escáners de huellas digitales y de retina capaces de distinguir al propietario legal de un ladrón de identidad.
Lo que probablemente no pronosticaron es que una de esas tecnologías no
debutaría en el Valle de Silicio y en el Instituto de Tecnología de
Massachusetts sino en una pequeña universidad estatal en el remoto oeste de
Dakota del Sur, a 40 kilómetros (25 millas) del Monte Rushmore.
Dos talleres en la Facultad de Minas y Tecnología realizan uno de los
primeros experimentos en biocriptología, una mezcla de biométrica (el uso de
características físicas para identificación) y criptología (el estudio de la
codificación de información privada). Los estudiantes en el establecimiento de
enseñanza de Rapid City pueden comprar una bolsa de papitas fritas en una
máquina que detecta su hemoglobina para asegurarse de que la transacción es
legítima.
Los investigadores consideran que su tecnología podría impedir una
situación morbosa que a veces se ve en películas de espionaje en la que un
ladrón le rebana un dedo a alguien para engañar al escáner.
Un viernes reciente, el estudiante de ingeniería mecánica Bernard Keeler
le entregó una cerveza a una cajera en la tienda de la universidad, anotó su
fecha de nacimiento en una pantallita y pasó por ella el dedo. En segundos, el
dispositivo identificó sus huellas y detectó que circulaba sangre en el
interior del dedo, permitiéndole concretar la compra. Más tarde, Keeler mostró
el recibo que le enviaron a su teléfono multiusos por correo electrónico.
La tecnología lectora de huellas digitales no es nueva, ni tampoco el
concepto general del uso de la biométrica para pagar por las compras. Pero es esa
medida extra de protección, “asegurarse de que el dedo tenga pulso”, la que,
según los investigadores, va más allá de los escáners digitales de la
actualidad, que se usan principalmente para averiguación de antecedentes
penales.
Al Maas, presidente de Nexus USA —una subsidiaria de la firma Hanscan
Identity Management, con sede en España, que patentó la tecnología— admitió que
Dakota del Sur podría parecer un lugar inusual para probarla, pero lo consideró
ideal.
"Me dije que si da resultado aquí en la región centro-norte de
tendencia conservadora, funcionará en cualquier sitio", explicó.
Maas se crió cerca de Madison, Dakota del Sur, y quería que su estado
natal fuese el campo de experimentación de la tecnología. Convenció al
propietario de Hanscan, Klaas Zqart, que usara el establecimiento universitario
de 2.400 estudiantes para probarla.
Todos los estudiantes cursan ingeniería mecánica o ciencias aplicadas,
lo que significa que están naturalmente inclinados a la tecnología, dijo Joseph
Wright, el vicepresidente adjunto de la universidad para desarrollo
investigativo-económico.
"Dakota del Sur es un lugar donde la gente asume riesgos. Somos muy
emprendedores", afirmó Wright.
Fuente: Noticiero Telemundo.com y christianmusicrd
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